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junio 12, 2025

La NASA advierte sobre el crecimiento de una anomalía magnética que afecta a Argentina y el Atlántico Sur

La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) volvió a poner el foco sobre un fenómeno geofísico que viene siendo monitoreado desde hace décadas y que, en los últimos meses, ha mostrado una evolución preocupante: la Anomalía Magnética del Atlántico Sur (AMAS), una zona donde el campo magnético terrestre presenta un debilitamiento inusual y persistente. Esta anomalía abarca una vasta región que incluye parte del territorio argentino y áreas del océano Atlántico.

Aunque este fenómeno es conocido desde la década del 50, recientes mediciones confirmaron que la intensidad del campo en esa región continúa disminuyendo, mientras que el área afectada se ha desplazado unos 20 kilómetros hacia el oeste. El campo magnético terrestre, que protege al planeta de la radiación solar y cósmica, se encuentra particularmente debilitado en esta zona, lo que genera un mayor ingreso de partículas energéticas.

Según informes recientes del National Centers for Environmental Information (NCEI) y del British Geological Survey (BGS), este comportamiento podría comprometer el normal funcionamiento de satélites, interferir con comunicaciones por radio y afectar sistemas que dependen de señales magnéticas estables, aunque no representa un riesgo directo para la salud humana ni altera la vida diaria en superficie.

La hipótesis más aceptada en la comunidad científica indica que esta anomalía tiene su origen en alteraciones profundas dentro del planeta, asociadas al movimiento de materiales metálicos en el núcleo terrestre. Incluso se ha detectado una posible subdivisión de la anomalía en dos núcleos diferenciados, lo que sugiere una dinámica interna más compleja de lo que se pensaba.

Si bien Argentina no enfrenta consecuencias inmediatas por este fenómeno, se encuentra dentro de la zona de influencia, junto a otros países sudamericanos. La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) tiene competencia para coordinar acciones de observación y cooperación internacional ante este tipo de eventos, clave para el desarrollo de políticas científicas y tecnológicas a largo plazo.

Los científicos coinciden en que la evolución de la AMAS debe seguir siendo monitoreada de cerca. Aunque sus efectos aún son inciertos, el debilitamiento del campo magnético terrestre en esta región plantea un desafío a escala global, especialmente por su posible impacto en tecnologías críticas. La vigilancia constante y la cooperación internacional serán fundamentales para anticipar cualquier consecuencia futura.