El referente social Juan Grabois recobró la libertad en la madrugada del domingo 8 de junio, luego de haber sido arrestado alrededor de las 14:00 del sábado por la Policía bonaerense durante la ocupación del Instituto Juan Domingo Perón, clausurado días antes por el Gobierno de Javier Milei.
Grabois y un centenar de militantes ingresaron al histórico edificio —única ala en pie de la primera residencia de Perón— para protestar por su cierre y el despido de trabajadores. La Policía desalojó a los ocupantes con gases lacrimógenos y golpes, deteniendo al líder de Argentina Humana bajo directivas del presidente Milei y de la ministra Patricia Bullrich.
La detención desató una vigilia y cánticos frente a la comisaría durante toda la noche. El Partido Justicialista y referentes peronistas calificaron la medida de “arbitraria” e “ilegal”, reclamando su inmediata liberación; incluso llegó a considerarse un “atropello” contra la memoria histórica que el edificio representa.
Al amanecer, Grabois salió envuelto en una bandera argentina y brindó una breve conferencia: “Intentaron borrar parte de nuestra historia: destruyeron archivos, cargaron bolsas mortuorias sobre los bustos de Eva y Perón. Pero no van a silenciar nuestra voz”. Prometió mantener “oposición firme” sin importar cuántas veces lo detengan.
El episodio acentúa la tensión entre el Ejecutivo y los sectores afines al peronismo, que ven en la clausura del instituto un ataque directo a la identidad política provincial. Queda en el aire si habrá nuevas ocupaciones o si el Gobierno endurecerá medidas contra las protestas sociales.