Ucrania denuncia el ataque más brutal contra Járkiv desde el inicio de la guerra
La ciudad de Járkiv fue blanco de un bombardeo masivo por parte de Rusia en la madrugada del sábado, en lo que su alcalde calificó como el “ataque más potente” desde el inicio de la invasión a gran escala. Según el jefe comunal Igor Terekhov, se registraron al menos 40 explosiones en distintos puntos de la ciudad, ubicada a tan solo 30 kilómetros de la frontera rusa.
Los bombardeos dejaron un saldo preliminar de al menos tres personas fallecidas, entre ellas un joven cuya vivienda fue destruida en el distrito de Osnovyanskyi. Otra víctima mortal fue reportada en el distrito de Kyivskyi, al norte de la ciudad. Además, más de 40 personas resultaron heridas, entre ellas una niña de 14 años y un bebé de mes y medio que sufrió un cuadro de estrés agudo.
Terekhov denunció que los ataques incluyeron misiles, drones y bombas aéreas guiadas, y que uno de los blancos fue un parque infantil con un pequeño tren ferroviario. «Esto es puro terror contra una ciudad pacífica», expresó en un mensaje publicado en Telegram.
Horas después, el presidente Volodymyr Zelensky se sumó a la condena: “Bombas sobre civiles, incluso sobre un ferrocarril infantil. Esto no tiene ningún sentido militar. Puro terrorismo. Cada día perdemos a nuestra gente porque Rusia se siente impune”.
El Ministerio de Defensa ruso, por su parte, afirmó que se trató de una operación de “alta precisión” contra infraestructuras militares, y aseguró que todos los objetivos fueron alcanzados. Sin embargo, entre los edificios dañados figuran una escuela de música y un centro administrativo.
Los ataques a Járkiv se produjeron en el marco de una escalada que incluyó una ofensiva aérea masiva lanzada por Moscú un día antes, en aparente represalia por una operación con drones llevada a cabo por Ucrania, que habría dejado fuera de combate un tercio de los portamisiles de crucero estratégicos rusos.
Mientras tanto, se agrava el cruce de acusaciones entre ambos países por la interrupción de un nuevo intercambio de prisioneros de guerra. Desde el Kremlin, el asesor Vladimir Medinsky acusó a Ucrania de cancelar unilateralmente la entrega de cuerpos y la liberación de cautivos. Kyiv, en cambio, sostuvo que las listas presentadas por Rusia “no cumplen con los criterios acordados”.
En paralelo, Ucrania anunció el derribo de un caza ruso Su-35 en la región fronteriza con Kursk, aunque Moscú aún no confirmó esa pérdida. El piloto habría sido rescatado, según un bloguero militar afín al gobierno ruso.
Desde Washington, el expresidente Donald Trump —quien recientemente mantuvo una conversación con Vladimir Putin— afirmó que “le dieron una excusa para bombardearlos como anoche”.
El escenario, cada vez más tenso, vuelve a colocar a la población civil en el centro de un conflicto que no muestra señales de desacelerarse.