Por primera vez desde que Javier Milei asumió la presidencia, 22 gobernadores de todos los signos políticos —oficialistas, dialoguistas y opositores— se reunieron con un mensaje claro: las provincias están siendo financieramente asfixiadas por la Nación, y el freno total a la obra pública, sumado a la caída de la coparticipación, amenaza con paralizar el país real.
En un encuentro en la sede del Consejo Federal de Inversiones (CFI), los mandatarios provinciales se encontraron empujados no por afinidades ideológicas, sino por una urgencia común: la falta de recursos, el recorte sistemático de transferencias y una mirada centralista que parece borrar del mapa a todo lo que no sea el AMBA.
Los números hablan por sí solos. Según estimaciones que circulan entre los propios gobernadores, los fondos por coparticipación caerán un 4,2% interanual en 2025. Si se toma el bienio 2023-2025, la contracción acumulada es del 11,5%. Esto significa menos fondos para salarios, para programas sociales, para servicios esenciales y, especialmente, para obras que generan empleo y dinamizan economías regionales. La motosierra no solo arrasó con el Estado nacional: dejó en carne viva a las provincias.
En ese contexto, no es casual que los mandatarios hayan elegido como eje del encuentro la necesidad de nuevas fuentes de financiamiento para el desarrollo de una infraestructura federal. El mensaje implícito es que el actual gobierno nacional no solo no está cumpliendo con ese rol, sino que avanza en sentido contrario: desfinancia, posterga y castiga al interior.
Resulta llamativo, además, que mientras las provincias discuten cómo mantener en pie lo que queda de sus economías, el Gobierno de Milei busque adhesiones para blindar proyectos que solo benefician a sectores financieros concentrados, como el «plan dólares del colchón», sin ofrecer a cambio garantías de sostenibilidad para los distritos.
El único ausente fue el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés. Pero incluso con esa excepción, la convocatoria fue la más amplia desde diciembre. Gobernadores como Axel Kicillof, Jorge Macri, Martín Llaryora, Maximiliano Pullaro, Rogelio Frigerio, Claudio Poggi y Leandro Zdero —de posiciones diversas— coincidieron en el diagnóstico: el ajuste cayó como un yunque sobre los hombros de las provincias.
La foto del CFI es una advertencia. El Gobierno nacional podrá insistir con que “no hay plata”, pero está claro que lo que no hay es una mirada federal ni un plan productivo inclusivo. Si la Nación sigue recortando sin construir, si exige disciplina fiscal sin ofrecer herramientas de desarrollo, entonces el país real, el de las provincias, terminará colapsando.
Lo que está en discusión ya no es solo la obra pública o la coparticipación. Lo que está en juego es el federalismo mismo.