El Banco Central de la República Argentina (BCRA) cerró mayo con una caída de reservas que oscila entre los 2.000 y los 2.106 millones de dólares, el nivel más bajo desde mediados de abril, cuando ingresaron los primeros desembolsos del FMI. Según datos oficiales, las reservas brutas internacionales se ubicaron al cierre del mes en torno a los 36.854 millones de dólares, tras registrar un retroceso de 2.106 millones de dólares en el acumulado de mayo, cifra que desnuda la vulnerabilidad financiera a poco más de un mes de concluir el primer tramo del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
La principal razón de esta baja responde a movimientos técnicos propios del cierre de mes por parte de las entidades financieras. Sin intervenciones directas del BCRA en el mercado oficial cambiario, los bancos acudieron a ventas de reservas para ajustar posiciones y afrontar obligaciones, tal como señalaron fuentes oficiales a la prensa especializada. Además, parte de la merma se explicó por el pago de servicios de deuda al FMI, en tanto el Banco Central –que no operó en ninguna de las ruedas del MULC durante mayo– afrontó compromisos vinculados al programa vigente con el organismo internacional.
En el escenario político y económico, el Gobierno nacional se congratuló por la aparente “estabilidad cambiaria” que, sin embargo, no logró evitar la erogación masiva de reservas. El ministro de Economía y el presidente del BCRA, Santiago Bausili, defendieron la liberación del mercado de cambios como instrumento para recuperar la confianza de los inversores y alentar la llegada de capitales frescos, en línea con el plan de los «dólares colchón» de la “reparación histórica” de los ahorros argentinos. No obstante, analistas advierten que los niveles actuales de reservas apenas cubren los pagos de servicios de deuda hasta junio, y proyectan un déficit de más de 3.500 millones de dólares en julio si no se concretan nuevos desembolsos o financiamientos alternativos.
La caída de reservas coincide con un dólar que cerró el último día de mayo en 1.200 pesos para la venta minorista, nivel que no se veía desde principios de mes, y un dólar “blue” que se mantuvo en torno a los 1.180 pesos. El tipo de cambio mayorista, por su parte, escaló hasta 1.209,35 pesos para la venta promedio en entidades financieras, mientras que el Banco Nación registró picos de 1.215 pesos al mediodía del 30 de mayo. Este contexto cambiario, sin intervención oficial, puso presión adicional sobre la autoridad monetaria, que debió recurrir a sus activos para “calzar” la demanda cotidiana y enfrentar pasivos financieros.
La merma de reservas abre interrogantes sobre la capacidad del BCRA para cumplir con las metas del acuerdo con el FMI, que exige acumular al menos 4.400 millones de dólares netos antes de junio. Mientras tanto, el Gobierno negocia líneas de financiamiento con bancos internacionales en Estados Unidos para reforzar el saldo de reservas en el corto plazo y retomar cierta holgura financiera.
En este marco, la atención de los mercados se traslada a la revisión del Programa del FMI prevista para mediados de junio, instancia en la que se evaluará el cumplimiento de metas y se definirán los próximos desembolsos, claves para sostener el equilibrio macroeconómico en un año electoral y de alta volatilidad externa.