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junio 3, 2025

Cristina Kirchner reapareció con críticas al Gobierno y alertó sobre un posible nuevo default

Cristina Fernández de Kirchner eligió el 25 de Mayo y el escenario simbólico del Encuentro de la Cultura Popular para volver al ruedo político con un discurso cargado de advertencias, autocrítica y reproches. Frente a una militancia fiel y en medio de un clima de euforia contenida, la expresidenta habló por más de una hora en el Polo Cultural Saldías, un espacio impulsado por el Instituto Patria, y volvió a poner sobre la mesa su mirada sobre la situación económica, cultural y política del país. El eje: el rumbo del gobierno de Javier Milei, al que acusó de «no construir nada» y de llevar a la Argentina hacia un “décimo default”.

Con un tono firme, Cristina disparó contra lo que describió como la “narrativa de la batalla cultural” del oficialismo, a la que definió como una “bomba de humo” para encubrir el ajuste económico. “¿Tus dólares, tu decisión? Un pastelito está dos lucas, hermano, ¿qué te pasa?”, ironizó, aludiendo al eslogan libertario. Apuntó también contra el ajuste fiscal, la falta de inversión y la pérdida de poder adquisitivo como consecuencias de un modelo que –dijo– ya fue ensayado en el pasado y fracasó.

La advertencia más grave vino por el lado financiero: “De seguir así, el décimo default no es una fantasía muy lejana”, sostuvo. La frase encendió alarmas tanto en la política como en el mercado. En el fondo, la exmandataria busca señalar que el orden fiscal proclamado por el oficialismo esconde, según su visión, un endeudamiento silencioso y creciente, sin un plan de salida.

No faltaron menciones a las políticas culturales. Cristina reivindicó logros de su gestión como el INCAA, Paka Paka, Tecnópolis y el CCK. “¿Estos tipos qué hicieron? Ni una puta escuela, ni un puto monumento. Cambian nombres, denostan, pero no construyen nada”, lanzó. También aprovechó para rescatar el proyecto de adaptación de El Eternauta, como símbolo de resistencia cultural. “¿No tenemos capacidad los argentinos de discutir de igual a igual con los extranjeros?”, preguntó, en una crítica implícita al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) impulsado por el Ejecutivo.

Lejos de una autoproclamación como salvadora del peronismo, Cristina ensayó cierta autocrítica: reconoció que los sectores populares que antes votaban al kirchnerismo hoy eligieron otras opciones, pero advirtió que eso no implica que “quieran volver” a su espacio. “Tenemos que preguntarnos por qué”, reflexionó. La frase podría interpretarse como un llamado interno a repensar el rol del peronismo sin esperar una restitución automática del poder por el desgaste del gobierno actual.

También envió un mensaje hacia adentro del PJ: “Tenemos que dejar de ser militantes electorales para volver a ser militantes políticos”, dijo. La consigna, repetida en otros tiempos por dirigentes de base, ahora fue pronunciada desde lo más alto del espacio que aún la reconoce como líder.

Aunque Cristina no explicitó ningún rol futuro, su presencia volvió a gravitar en el tablero. En un momento de orfandad de liderazgos en el peronismo, su palabra sigue marcando la agenda. Pero también dejó una incógnita: ¿hay lugar para una nueva síntesis o solo se asoma el cierre de una etapa?