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junio 10, 2025

Guerra comercial en ascenso: China suspende la recepción de aviones Boeing tras los nuevos aranceles de Trump

La guerra comercial entre Estados Unidos y China vuelve a escalar con fuerza. En una reacción directa a los nuevos aranceles impuestos por Donald Trump, el gobierno de Xi Jinping ordenó a sus aerolíneas nacionales suspender de forma inmediata la recepción de aviones del fabricante estadounidense Boeing. La medida no solo representa un golpe estratégico en la disputa bilateral, sino que también afecta de lleno a una de las compañías más emblemáticas del sector aeronáutico mundial.

La decisión fue confirmada en las últimas horas y se enmarca dentro de un paquete más amplio de restricciones comerciales que Beijing prepara como respuesta a los gravámenes del 145% aplicados por Trump sobre gran parte de las importaciones chinas. En paralelo, China estableció aranceles del 125% a productos estadounidenses, lo que incrementa el riesgo de una escalada que podría impactar en múltiples sectores de la economía global.

Además de la suspensión de entregas, el gobierno chino instruyó a las aerolíneas locales a frenar por completo la adquisición de repuestos y equipamiento aeronáutico de origen estadounidense. La medida tiene consecuencias directas sobre la operatividad de las flotas, en especial aquellas con una fuerte presencia de modelos Boeing, y ya ha generado preocupación entre los operadores del sector por el incremento de costos que esta decisión implica.

La tensión entre Boeing y el gobierno chino no es nueva. La empresa estadounidense ha enfrentado un progresivo retroceso en su participación en el mercado asiático desde 2019, cuando comenzó a notarse el endurecimiento de las políticas comerciales entre ambos países. En 2022, aproximadamente el 25% de las entregas internacionales de Boeing tenían como destino China; sin embargo, esa proporción cayó abruptamente al 9% en 2023, lo que refleja un deterioro constante en la relación.

A pesar de haber logrado sortear algunas restricciones durante la primera presidencia de Trump, el contexto actual es mucho más complejo para la compañía. La guerra arancelaria ha elevado considerablemente los costos logísticos y de mantenimiento, dejando a Boeing en clara desventaja frente a competidores como Airbus, que mantiene una posición más estable en el mercado asiático.

La reacción de los mercados no se hizo esperar. Wall Street experimentó una fuerte caída tras los anuncios del expresidente Trump y la respuesta china. Los inversores temen que la reanudación del conflicto comercial afecte negativamente la cadena global de suministros, en particular en sectores estratégicos como el tecnológico, la energía y la producción de bienes durables.

En el plano local, también podría haber consecuencias. La posible desaceleración de la economía china —producto del encarecimiento de importaciones y de la incertidumbre comercial— podría afectar la demanda de productos como la carne vacuna, uno de los principales rubros de exportación argentina hacia ese país. De confirmarse esa tendencia, el impacto se sentiría especialmente en las provincias con economías fuertemente ligadas al agro.

Mientras tanto, el presidente Xi Jinping inició una gira diplomática por el sudeste asiático con un claro mensaje: posicionar a China como defensora del libre comercio en un contexto global que considera cada vez más incierto. La primera escala fue Vietnam, donde se reunió con el secretario general del Partido Comunista, To Lam, y criticó duramente los “actos unilaterales de intimidación” en clara referencia a la política exterior de Washington.

“La globalización ha beneficiado tanto a China como a Vietnam. Debemos fortalecer nuestra alianza estratégica y oponernos juntos a cualquier forma de chantaje comercial”, afirmó Xi. La gira continuará en Malasia, donde se espera que el mandatario chino impulse un acuerdo de libre comercio entre su país y los diez miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), y concluirá en Camboya.

Desde su búnker de campaña, Donald Trump no dejó pasar la oportunidad para redoblar la apuesta. Tras los anuncios de Beijing, acusó públicamente a China y Vietnam de estar “conspirando para perjudicar a los Estados Unidos” y advirtió que pronto se aplicarán nuevos aranceles, esta vez focalizados en los semiconductores, uno de los sectores más sensibles para la industria tecnológica.

A pesar de que la Casa Blanca informó que por el momento algunos productos tecnológicos chinos quedarán exentos de los aranceles anunciados, la amenaza de una guerra arancelaria total se mantiene latente.