El consumo masivo continúa sin señales de recuperación. Un informe reciente de la consultora Scentia, especializada en el análisis de mercado minorista, reveló que las ventas en supermercados y autoservicios registraron en marzo una baja del 5,4% en comparación con el mismo mes del año pasado. La caída se agrava si se considera el acumulado del primer trimestre, que mostró una contracción del 8,6%.
Con este resultado, ya son 16 los meses consecutivos en los que el consumo se mantiene en terreno negativo, un dato que refleja el deterioro sostenido del poder adquisitivo de las familias frente al avance de la inflación y la recomposición de tarifas.
Según el relevamiento, que analiza el comportamiento de los canales de comercialización más representativos del país, la retracción fue más moderada que la de febrero, cuando la caída interanual había sido del 9,8%. Sin embargo, la variación entre canales mostró una dinámica distinta: mientras los supermercados registraron en marzo una baja del 7,1%, los autoservicios (en su mayoría negocios de cercanía) retrocedieron 3,7%.
Uno de los factores que podría haber influido en esta leve desaceleración de la caída fue el calendario: en 2023 las Pascuas se celebraron en marzo, mientras que este año cayeron en abril, lo que altera la comparación interanual en algunos rubros.
A pesar de estos matices, el panorama general sigue siendo desfavorable, especialmente para los productos que no forman parte de la canasta básica, los cuales muestran los peores desempeños desde hace meses. La tendencia indica que las familias priorizan cada vez más los gastos esenciales, mientras restringen fuertemente las compras consideradas secundarias.
En paralelo, la inflación continúa marcando el pulso del mercado. Según datos del INDEC, el índice de precios al consumidor fue del 3,7% en marzo, y acumuló una suba del 55,9% en los últimos 12 meses. En ese contexto, el rubro Alimentos y bebidas no alcohólicas volvió a ser el que más impacto tuvo en la medición, con un aumento del 5,9%, impulsado principalmente por carnes, verduras, legumbres y tubérculos.
Otros sectores también registraron subas significativas, como Educación, que encabezó el índice con un alza del 21,6% debido al inicio del ciclo lectivo. En contraste, los servicios públicos mostraron incrementos más moderados que en meses anteriores: Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles subieron 2,9%, mientras que Transporte aumentó apenas 1,7%.
El informe de Scentia apunta a un cambio en la estructura de gastos de los hogares: los mayores desembolsos se concentran ahora en servicios, transporte y alimentos, lo que deja poco margen para el consumo masivo de otros bienes. En este escenario, el repunte de ventas de bienes durables —como electrodomésticos o autos— se explica, en parte, por el acceso a crédito, que tuvo un leve repunte en los últimos meses, aunque beneficiando principalmente a sectores medios con capacidad de endeudamiento.
La recuperación del consumo, por el momento, sigue siendo un desafío. Los datos del primer trimestre anticipan un año difícil para el comercio minorista, en el que el salario real y la confianza del consumidor jugarán un papel clave para revertir la tendencia negativa.