Tras el salto del dólar luego del fin del cepo cambiario, las principales cadenas de supermercados se plantaron ante las alimenticias y rechazaron las nuevas listas de precios que llegaban con subas del 9% al 12%. La tensión crece y el lunes podría ser clave.
La salida del cepo no solo movió el mercado financiero. También generó un sacudón inmediato en las cadenas de distribución de alimentos y productos de consumo masivo. El lunes posterior a la medida, el dólar saltó de $1078 a $1198, aunque luego retrocedió a la zona de los $1120. Ese vaivén activó una ola de nuevas listas de precios, con incrementos que llegaron de la mano de grandes marcas como Unilever, Molinos, AGD y Softys (fabricante de Elite e Higienol). Pero las principales cadenas de supermercados dijeron “no”.
Rechazo al aumento sin explicación
Supermercadistas y mayoristas coincidieron en frenar la mercadería con listas nuevas. Exigieron una explicación clara de en qué parte del proceso productivo impactó la suba del tipo de cambio. Desde el sector aseguran que, salvo en productos directamente atados al dólar como aceites o café, el resto de los aumentos parecen injustificados.
Desde la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM), señalaron que no están convalidando los nuevos precios. “No compramos. Estamos esperando a ver si los valores se corrigen, porque el dólar bajó y estas listas podrían quedar sin efecto la semana que viene”, dijo Armando Farina, vicepresidente de la entidad.
El Gobierno, del lado de los súper
El ministro de Economía, Luis Caputo, salió a respaldar la postura de los supermercados. En redes sociales celebró el rechazo a los aumentos: “Hoy los supermercados grandes rechazaron la mercadería con lista de precios nueva de Unilever y Molinos con subas de 9% a 12%”.
En paralelo, el canal mayorista también se encuentra en stand-by. Muchos productos, como aceites, harinas, grasas y margarinas, quedaron con ventas suspendidas hasta la próxima semana. ¿El motivo? A la espera de una tendencia más estable en el tipo de cambio.
Inflación y consumo en la cuerda floja
Mientras tanto, los precios siguen presionando al bolsillo. Según LCG, la inflación en alimentos y bebidas promedió un 0,9% en la segunda semana de abril. La inflación acumulada en las últimas cuatro semanas alcanzó el 4,6%.
A esto se le suma un consumo que no logra repuntar. El sector de autoservicios ya lleva 15 meses consecutivos de caída, y en marzo la baja interanual fue del -5,4%. El promedio del año muestra un retroceso del -8,6%.
“De cada $1000, casi $500 son impuestos”
Desde CADAM también pusieron el foco en la carga tributaria: “De cada $1000 que gastamos, $490 son impuestos”. Y remarcaron que los mayoristas trabajan con zonas más vulnerables, donde el salario informal sigue muy por debajo del formal, entre un 30% y 40% menos.
Por ahora, la tensión entre supermercados, mayoristas y empresas alimenticias se mantiene, y el mercado está en modo espera. El lunes, cuando se retomen ventas y listas, se sabrá si la pulseada se resuelve… o si recién empieza.