En una reunión realizada este martes en la sede de Azopardo, el Consejo Directivo de la central obrera definió que la marcha se realizará el martes 30 de abril, en la antesala del Día Internacional de los Trabajadores. La convocatoria está prevista para las 14 horas y partirá desde la intersección de las avenidas 9 de Julio e Independencia, para concluir frente al Monumento al Trabajo, sobre Paseo Colón al 800.
La protesta se suma al clima de tensión creciente entre el movimiento sindical y el gobierno nacional, y llega apenas semanas después del paro general del pasado 10 de abril, la tercera huelga de alcance nacional convocada por la CGT desde el inicio de la gestión libertaria. La medida marcó el final de una tregua de casi un año sin paros, y volvió a poner en primer plano el rechazo de la central a la política económica del oficialismo, centrada en el ajuste fiscal y la desregulación del mercado laboral.
En paralelo a la movilización, se prevé una reunión entre los principales referentes sindicales y algunos gobernadores, entre los que suena con fuerza el nombre de Axel Kicillof. El encuentro buscaría ampliar consensos en torno a una agenda común frente al avance de las reformas del Ejecutivo. Para el secretario general de La Bancaria, Sergio Palazzo, la marcha del 30 servirá “no solo para conmemorar el 1 de Mayo, sino para reafirmar los mismos conceptos que determinaron la medida de fuerza”. En esa línea, el dirigente advirtió que “hay necesidades cada vez más fuertes en los ingresos de los argentinos que han decaído, hay represión cada vez que hay protestas, y hay un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que condiciona el destino del país”.
Durante el último paro general, el cosecretario general de la CGT, Héctor Daer, criticó la campaña mediática del Gobierno en contra de la medida y señaló que se trató de un “mecanismo muy complicado que fue utilizado cuando se perdió la democracia”. La huelga fue convocada bajo consignas claras: paritarias libres, homologación de todos los convenios colectivos, aumento de emergencia para jubilados y pensionados, actualización de bonos y el cese de la represión a la protesta social.
Por su parte, Jorge Sola, secretario general del gremio del seguro, también se refirió al contexto económico que atraviesan los trabajadores. En declaraciones a AM750, advirtió que “tras el paro se conocieron los datos de inflación de marzo y hubo una nueva devaluación, dos cosas que pegan directamente en el poder adquisitivo”. A su vez, subrayó la necesidad de instalar una mesa de diálogo con el Gobierno para discutir políticas de inversión, producción y empleo.
La CGT se moviliza en un momento de fuerte ajuste, con indicadores económicos que reflejan una caída sostenida del consumo y un deterioro del poder adquisitivo. En ese marco, la protesta del 30 de abril se perfila como una nueva postal del conflicto entre el gobierno y los sectores sindicales, que prometen seguir en las calles mientras el rumbo económico no dé señales de cambio.