Este lunes, los mercados bursátiles sufrieron un fuerte desplome debido al impacto de los aranceles impuestos por el presidente estadounidense, Donald Trump, al resto del mundo, así como a la anunciada respuesta de China. Aunque los economistas todavía se abstienen de hablar de un “crac” —un término que describe una caída abrupta y generalizada de los precios con consecuencias devastadoras para la economía real—, los analistas ya califican lo sucedido como una caída “histórica” e incluso como un verdadero “baño de sangre” en los mercados asiáticos y europeos.
Por su parte, Wall Street abrió con pérdidas significativas, pero poco después experimentó un cambio de tendencia tras un rumor sobre una posible pausa en los aranceles. Según informó Kevin Hassett, asesor económico de la Casa Blanca, en un reporte de CNBC, Trump estaría considerando una pausa de 90 días en los aranceles para todos los países, excepto China. Este rumor impulsó a Wall Street al terreno positivo, con el Dow Jones subiendo un 0,92%, el Nasdaq un 2,31% y el S&P 500 un 1,50%.
Sin embargo, más tarde, CNBC informó que los funcionarios de la Casa Blanca no estaban al tanto de que Trump estuviera considerando tal pausa, lo que provocó que las acciones volvieran a caer.
Trump dijo el lunes que impondrá un arancel adicional del 50% a China si Pekín no retira sus gravámenes de represalia.
“¡Adicionalmente, todas las conversaciones con China relativas a sus reuniones solicitadas con nosotros se darán por terminadas! Las negociaciones con otros países, que también han solicitado reuniones, comenzarán a tener lugar inmediatamente”, dijo Trump en un post en Truth Social.
De cumplirase, los aranceles estadounidenses sobre los productos chinos alcanzarán un total del 104%, informó este lunes la Casa Blanca a la AFP.
Los productos chinos estarán sujetos a un 104% de gravámenes adicionales al entrar en Estados Unidos si Donald Trump lleva a cabo su última amenaza (de un 50% más), teniendo en cuenta el total acumulado de los aranceles aduaneros anunciados por el presidente desde que regresó al poder en enero, aclaró.
En este contexto, el índice de volatilidad Cboe, considerado el principal indicador de la ansiedad de los inversores en Wall Street, alcanzó el lunes un nuevo máximo de ocho meses. Este indicador, basado en las opciones, experimentó un salto de 14,82 puntos, alcanzando los 60,13, su nivel más alto desde el 5 de agosto. Conocido como el “índice del miedo” de Wall Street, registró una subida de 4,52 puntos, situándose en 49,83, después de haber alcanzado el viernes su nivel de cierre más alto en cinco años.
La bolsa de Tokio fue una de las más afectadas, desplomándose un 7,8 % en una jornada negra para los mercados asiáticos, que también experimentaron fuertes caídas en Seúl (5,6 %), Sídney (4,2 %) y Hong Kong, donde el índice llegaba a perder cerca de un 13 % hacia las 6.30 GMT, su peor resultado desde la crisis financiera asiática de 1997. Las bolsas europeas no escaparon al pánico: el DAX alemán cayó un 6,5%, situándose en 19.311,29 puntos, mientras que el CAC 40 de París retrocedió un 5,9% hasta los 6.844,96 puntos. En Londres, el FTSE 100 perdió un 5%, cerrando en 7.652,73.
Lejos de mostrar preocupación por la reacción de los mercados, Trump se mantuvo desafiante. En una publicación en su red social, Truth Social, afirmó que otros países se habían “aprovechado del viejo y bueno Estados Unidos” y responsabilizó a antiguos líderes estadounidenses por permitir esta situación. El presidente ha defendido que sus aranceles son necesarios para reequilibrar el comercio global y reconstruir la manufactura nacional, señalando a China como “el mayor abusador de todos” y criticando a Pekín por responder con represalias arancelarias.
A partir del miércoles deberían entrar en vigor los aranceles para sus principales socios comerciales, incluyendo la Unión Europea (20%) y China (34%).
El impacto de la subida arancelaria impuesta por Trump resonó entre los socios comerciales de Estados Unidos, que ahora se preguntan si habrá espacio para negociar mejores acuerdos. Varios países anunciaron que enviarían funcionarios comerciales a Washington para intentar entablar un diálogo sobre la crisis, que ha generado una nube de incertidumbre sobre las perspectivas económicas globales, golpeado los mercados y dejado a los aliados de Estados Unidos cuestionando el valor de sus vínculos con la mayor economía del mundo.
El ministro alemán de Economía, Robert Habeck, se mostró desafiante al llegar a una reunión de ministros de comercio de la Unión Europea (UE) en Luxemburgo. Consideró que la premisa detrás de los aranceles de amplio alcance era “un disparate” y sostuvo que los intentos de países individuales de obtener exenciones no habían tenido éxito en el pasado. Para Habeck, es crucial que el bloque se mantenga unido, lo que implica ser claros al señalar que la UE se encuentra en una posición fuerte, mientras que Estados Unidos está en una de debilidad.