Optimus es un robot humanoide desarrollado por Tesla, la compañía liderada por Elon Musk, que fue diseñado para asistir en tareas domésticas cotidianas. Capaz de recoger basura, limpiar superficies, operar electrodomésticos como aspiradoras o microondas y hasta ayudar en la cocina, este dispositivo representa uno de los avances más ambiciosos de la empresa fuera del ámbito automotriz.
Con una altura de aproximadamente 1,73 metros y un peso de 68 kilos —diez menos que su versión anterior—, Optimus ha sido optimizado para desenvolverse tanto en entornos domésticos como laborales. Su movilidad mejorada le permite desplazarse a velocidades de hasta 5 km/h y levantar cargas de hasta 20 kilos, lo que amplía su rango de utilidad en múltiples contextos. Además, sus manos articuladas cuentan con 11 grados de libertad, lo que le permite manipular objetos delicados, como huevos, sin dañarlos. Esta precisión se complementa con sensores de fuerza y presión en los pies, y un sistema de cuello con sensores independientes que le otorgan estabilidad y movimiento autónomo de la cabeza. Su batería de 2,3 kWh le proporciona una autonomía de hasta cinco horas de actividad continua.
Tesla promueve a Optimus como un “amigo humanoide” y sostiene que es seguro para interactuar con niños. Elon Musk ha llegado a afirmar que, en un futuro, podría desempeñar funciones educativas e incluso actuar como tutor infantil. El robot también ha sido protagonista de apariciones mediáticas: fue fotografiado junto a Kim Kardashian y protagonizó un video en el que baila, demostrando su capacidad de coordinación corporal.
El propio Musk considera que Optimus podría convertirse en el producto más importante creado por Tesla, afirmando que, eventualmente, su precio oscilará entre los 20.000 y 30.000 dólares. La intención es que este valor permita su masificación, haciéndolo más accesible que un automóvil.
El anuncio y las demostraciones del robot provocaron diversas reacciones en redes sociales. Algunos usuarios celebraron el potencial de estos asistentes para liberar tiempo y aliviar la carga de trabajo doméstico, mientras que otros se mostraron incómodos ante la idea de que una máquina tan avanzada sea utilizada para limpiar o realizar tareas consideradas rutinarias. El debate sobre la función social y ética de los robots domésticos sigue abierto, en medio de un escenario tecnológico en permanente evolución.