Al menos 50 personas murieron este martes en Gaza como consecuencia de nuevos ataques aéreos lanzados por el ejército israelí, según informaron autoridades sanitarias locales. Las ofensivas afectaron principalmente a viviendas particulares y una escuela que albergaba a familias desplazadas, con mujeres y niños entre las víctimas fatales. Los ataques se concentraron en zonas del sur, como Jan Yunis, y en el norte del enclave, incluyendo Deir al-Balah, Nuseirat, Jabaliya y la ciudad de Gaza.
La escalada ocurre en un contexto de creciente presión internacional para que Israel ponga fin a sus operaciones militares y permita el ingreso sostenido de ayuda humanitaria. La ONU insiste desde hace meses en que se necesitan al menos 500 camiones diarios de suministros para atender las necesidades básicas de la población gazatí, estimada en 2,3 millones de personas. Sin embargo, el lunes el ejército israelí solo autorizó el ingreso de cinco camiones, tras semanas de bloqueo casi total.
La ofensiva israelí se ha intensificado notablemente en los últimos ocho días, con un saldo de más de 500 muertos en ese período, de acuerdo con fuentes médicas locales. En total, y según los datos del Ministerio de Salud de Gaza, más de 53.000 personas han muerto desde el inicio del conflicto, muchas de ellas civiles.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, respondió a las críticas afirmando que Israel libra una “guerra de civilización contra la barbarie”, y reiteró su intención de continuar hasta una “victoria total”. Israel sostiene que su objetivo es erradicar a Hamás y liberar a los rehenes aún en manos del grupo islamista.
La guerra comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando milicianos de Hamás irrumpieron en comunidades israelíes cercanas a la frontera, matando a unas 1.200 personas y tomando 251 rehenes, según cifras israelíes.
En tanto, una nueva ronda de negociaciones indirectas entre Israel y Hamás, que se desarrolla en Qatar, no logró avances significativos. Hamás ha planteado la liberación de los rehenes a cambio del cese del fuego y la excarcelación de palestinos detenidos en cárceles israelíes.
La presión diplomática sobre Tel Aviv también se intensifica: un grupo de países —entre ellos varios europeos— firmó este lunes una declaración conjunta en la que advierten sobre el riesgo de hambruna en Gaza y reclaman que se garantice el acceso pleno de la ONU y las organizaciones humanitarias. Los tres países líderes de esa iniciativa también advirtieron que podrían tomar medidas adicionales si Israel no modifica su accionar.
Mientras tanto, se espera que a finales de mayo comience a operar una nueva fundación humanitaria en Gaza, aunque el plan ha sido cuestionado tanto por Washington como por el propio gobierno israelí.