El accidente del buque escuela mexicano Cuauhtémoc contra el puente de Brooklyn abrió una investigación binacional que podría extenderse por meses, mientras crecen las dudas sobre las causas reales del siniestro. Según las primeras versiones oficiales, una falla mecánica habría desviado la trayectoria del navío, pero el rol de un remolcador que aparece en videos y fotos del incidente también está bajo la lupa.
El Cuauhtémoc había zarpado del Muelle 17 de Manhattan con dirección equivocada, en lugar de poner rumbo al sur como estaba previsto. Navegaba en condiciones adversas, con fuerte viento y una marea cambiante que empujaba con fuerza hacia el East River. El barco impactó con el puente alrededor de las 8:20 de la noche, generando un caos momentáneo en el tránsito y dejando un saldo de 19 heridos, entre ellos cuatro graves, dos de los cuales fallecieron más tarde.
Un remolcador de la empresa McAllister Towing asistió al Cuauhtémoc al salir del muelle y volvió a intervenir tras el choque. Sin embargo, el senador neoyorquino Chuck Schumer puso en duda esta versión y cuestionó por qué no se acompañó al buque durante toda la maniobra, algo habitual en este tipo de embarcaciones. También instó a revisar si los recortes federales aplicados durante el gobierno de Donald Trump afectaron la dotación de la Guardia Costera y los protocolos de seguridad.
Las imágenes captadas por testigos muestran al Cuauhtémoc navegando en reversa a gran velocidad antes del impacto, lo que sugiere una pérdida de control en los motores. Para expertos como el exmarino Sal Mercogliano, el accidente fue producto de una combinación de errores: un mal momento de partida, fuerte corriente, viento y falta de apoyo del remolcador. Aun así, destacó que se evitó una tragedia mayor gracias al diseño del buque y a que la tripulación permaneció en sus puestos durante el siniestro.
El Cuauhtémoc, una emblemática embarcación de la Armada mexicana con más de 40 años de servicio, se encontraba en Nueva York como parte de una gira internacional de buena voluntad. Estaba atracado desde el 13 de mayo en el turístico South Street Seaport y se desconoce si solicitó un piloto de muelle para su salida, aunque contaba con un práctico de puerto a bordo.
Datos de seguimiento muestran que el remolcador Charles D. McAllister empujó al Cuauhtémoc al inicio de la maniobra, pero se retiró antes de que el velero comenzara a girar sin control. La reacción tardía del remolcador impidió evitar la colisión.
Tras el accidente, el buque quedó amarrado en el muelle 35, donde continúan las tareas de peritaje. La Guardia Costera estableció un perímetro de seguridad de 46 metros mientras avanzan las investigaciones. En paralelo, se analizará si la tripulación mexicana realizó las pruebas previas de timón, hélices y propulsión que exige el protocolo antes de una partida segura.
Aunque no se registraron daños estructurales importantes en el puente, el episodio reavivó los cuestionamientos sobre la seguridad portuaria en Nueva York y la necesidad de actualizar medidas para maniobras complejas en zonas urbanas. Todo esto, mientras la ciudad se prepara para recibir una flota internacional de grandes veleros en 2026, en el marco del 250 aniversario de la independencia estadounidense.