La propuesta del Gobierno nacional de transferir un 12 % del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a las provincias generó en Chaco una de las cifras más altas del país: un 40 % provincial que, sumado al 10 % federal, arroja un total de 50 % sobre el consumo local. Este escenario obligaría a la provincia a rediseñar por completo su sistema tributario y plantea riesgos de competitividad frente a distritos con alícuotas mucho más bajas.
El mapa de las disparidades
Un estudio reciente del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) reveló que, para mantener la recaudación actual, las alícuotas provinciales deberían oscilar entre 2 % (Ciudad de Buenos Aires) y hasta un 71 % (Catamarca), sin contar el 10 % del componente federal. Entre esos extremos, Chaco se ubica en uno de los niveles más altos:
Ciudad de Buenos Aires: 2 % (IVA total 12 %)
Provincia de Buenos Aires: 6 % (IVA total 16 %)
Mendoza: 14 % (IVA total 24 %)
Córdoba, Chubut y Neuquén: 10–11 % (IVA total 20–21 %)
Formosa: 47 % (IVA total 57 %)
Chaco: 40 % (IVA total 50 %)
Catamarca: 71 % (IVA total 81 %)

Esta gran heterogeneidad reflejaría la desigualdad estructural de las economías provinciales: mientras los distritos más ricos aportan mucho a la coparticipación, los menos desarrollados –como Chaco– recibirían un gravamen muy elevado para equilibrar su caja.
Hacia un debate federal
La federalización del IVA –a juicio de expertos– requiere antes un reordenamiento del registro tributario a nivel nacional y un mecanismo solidario de compensación, que impida que provincias menos desarrolladas sufran alícuotas confiscatorias. El desafío es equilibrar autonomía fiscal con equidad y ordenamiento macroeconómico.
Por ahora, en Chaco esperan que Nación presente un proyecto formal con plazos y condiciones claras. De lo contrario, el 50 % de IVA local seguirá en los papeles como un escenario poco viable, mientras se reaviva el debate sobre el futuro del sistema tributario argentino.