Tras el anuncio del Gobierno sobre el fin del cepo cambiario y la implementación de un nuevo esquema de flotación administrada con bandas cambiarias, los exportadores comienzan a fijar sus expectativas respecto al valor de la divisa que regirá para sus operaciones. En el mercado ya se habla de un piso de $1.200 para el llamado “Dólar Exportador”, que será la referencia clave para la liquidación de divisas desde este lunes. El precio surge de la cotización que hasta ahora obtenían los exportadores mediante la canalización de un 20% de sus ventas externas por el mercado financiero, y refleja las expectativas de un tipo de cambio más competitivo que incentive la liquidación de la cosecha gruesa y los remanentes de campañas anteriores.
El nuevo régimen, anunciado como parte de la fase 3 del programa económico, contempla una banda de flotación para el tipo de cambio oficial que irá de los $1.000 a los $1.400. En este esquema, el Banco Central actuará como regulador del mercado: comprará divisas si el tipo de cambio cae por debajo del límite inferior y venderá si supera el techo establecido. La decisión busca evitar movimientos bruscos en el precio del dólar y reducir la volatilidad en una economía aún muy sensible a las señales cambiarias. El titular del BCRA negó que se esté frente a una devaluación, remarcando que el nuevo sistema busca mayor previsibilidad y eficiencia en la asignación de divisas.
Desde el sector agroexportador, si bien se celebra la eliminación de restricciones, se advierte que el incentivo a liquidar dependerá de cuán cerca del techo se posicione finalmente el valor efectivo del dólar. “Con un tipo de cambio cerca del piso, no se va a acelerar la liquidación. Necesitamos certidumbre y precios que reflejen la realidad de los costos y márgenes del sector”, señaló un dirigente del agro. Mientras tanto, el mercado financiero continúa operando con cautela, tomando como termómetro la cotización del dólar cripto, que suele anticipar movimientos del mercado oficial. La atención estará puesta en las primeras ruedas de la semana, donde el comportamiento de los grandes jugadores —incluyendo cerealeras y fondos— marcará el ritmo de una nueva etapa en la política cambiaria argentina.