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abril 28, 2025

China eleva aranceles a EE.UU. hasta el 125% en escalada comercial sin precedentes

En un movimiento que intensifica la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo, China anunció ayer un aumento drástico de los aranceles sobre las importaciones estadounidenses, llevándolos del 84% al 125%, en respuesta a las últimas medidas proteccionistas de Washington. La decisión, que entra en vigor hoy, marca un nuevo capítulo en un conflicto que amenaza con desestabilizar el comercio global y frenar el crecimiento económico internacional.

Una respuesta firme a la política «unilateral» de EE.UU.

El Comité de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado chino justificó la medida en un comunicado oficial, acusando a Estados Unidos de «violar las normas del comercio internacional» y aplicar una política de «acoso y coerción». El texto subraya que Washington ha ignorado el orden económico multilateral establecido después de la Segunda Guerra Mundial y advierte: «Si EE.UU. insiste en dañar los intereses de China, responderemos con firmeza y lo acompañaremos hasta el final».

El tono del mensaje refleja una creciente frustración en Pekín, que ya había incrementado los aranceles del 34% al 84% apenas dos días antes, en represalia por la decisión de la administración estadounidense de imponer un gravamen del 50% a productos chinos. Sin embargo, la escalada no se detuvo ahí: Washington contraatacó elevando sus tasas al 125%, lo que, sumado a impuestos previos, lleva el arancel acumulado sobre las importaciones chinas a un asfixiante 145%.

Impacto económico: ¿Guerra sin ganadores?

Aunque China asegura que los aranceles ya han dejado a los productos estadounidenses fuera de su mercado, lo que hace que nuevos aumentos sean «irrelevantes» e incluso «una burla en la historia económica», analistas advierten sobre los riesgos de esta espiral proteccionista. «Ambos países están entrando en un terreno peligroso: los consumidores y las cadenas globales de valor pagarán el precio», señaló Li Wei, economista del Centro de Estudios Económicos de Beijing.

El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Lin Jian, reiteró que su país «no quiere una guerra comercial, pero no la teme», y exigió a EE.UU. abandonar las presiones si busca una solución dialogada. Pekín insiste en que cualquier negociación debe basarse en «igualdad y respeto mutuo», rechazando lo que considera condiciones desiguales.

Consecuencias globales y el futuro del multilateralismo

Más allá del impacto bilateral, el conflicto amenaza con debilitar aún más la Organización Mundial del Comercio (OMC) y profundizar la fragmentación económica global. China afirma que sus medidas no solo defienden sus intereses, sino que «protegen el orden internacional frente al unilateralismo estadounidense».

Mientras tanto, los mercados reaccionan con nerviosismo: las bolsas asiáticas cerraron con pérdidas, y el yuan mostró volatilidad. Con ninguna de las partes dispuesta a ceder, la comunidad internacional espera señales de diálogo antes de que esta guerra comercial se convierta en un lastre irreversible para la economía mundial.

Conclusión: La escalada arancelaria entre China y EE.UU. ya no es solo una disputa bilateral, sino una crisis con ramificaciones globales. En un contexto de desaceleración económica, el mundo observa con preocupación si ambos gigantes optarán por la contención o profundizarán una confrontación sin vencedores.