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abril 28, 2025

Milei insiste: «No habrá devaluación»

La persistente volatilidad en el mercado cambiario argentino ha vuelto a poner en el centro del debate la política económica del gobierno de Javier Milei. A pesar de las crecientes presiones y las expectativas devaluatorias, el Presidente ha reiterado enfáticamente su negativa a una devaluación del peso. Esta firme postura, que desafía las predicciones de muchos analistas, plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de la estrategia oficial y sus posibles consecuencias para la economía nacional. La insistencia de Milei genera tanto adhesiones entre quienes confían en su plan de estabilización como fuertes críticas de quienes ven en la rigidez cambiaria un riesgo para la competitividad y el crecimiento.

## Milei, firme: «No habrá devaluación» a pesar de todo

Javier Milei ha utilizado diversos foros y declaraciones públicas para reafirmar su compromiso de no devaluar la moneda argentina. El Presidente argumenta que una devaluación solo agravaría la inflación y perjudicaría a los sectores más vulnerables de la población. Según su visión, la estabilización económica requiere disciplina fiscal, control de la emisión monetaria y un tipo de cambio estable, aunque esto implique mantener restricciones y controles cambiarios.

Esta postura se mantiene incluso frente a la creciente brecha entre el tipo de cambio oficial y los tipos de cambio paralelos, como el dólar blue. A pesar de que esta diferencia genera incentivos para la especulación y presiona al Banco Central a intervenir en el mercado, Milei se muestra inflexible. Su equipo económico confía en que las medidas implementadas, como el ajuste fiscal y la reducción de la inflación, eventualmente convergerán hacia un equilibrio cambiario más sostenible.

La firmeza de Milei en este punto contrasta con las expectativas de muchos analistas y operadores del mercado, quienes consideran inevitable una corrección cambiaria para mejorar la competitividad de las exportaciones y reducir la presión sobre las reservas del Banco Central. Sin embargo, el Presidente parece dispuesto a asumir los costos de mantener su promesa, priorizando la lucha contra la inflación y la estabilidad macroeconómica a corto plazo.

## El Presidente reitera su negativa ante la presión cambiaria

Ante el aumento de la presión cambiaria en las últimas semanas, con el dólar blue superando récords y la persistente demanda de divisas, Javier Milei ha vuelto a salir al frente para desmentir cualquier posibilidad de devaluación. Sus declaraciones buscan enviar una señal de confianza al mercado y disuadir a los inversores de apostar contra el peso. El Presidente insiste en que la política cambiaria actual es la correcta y que no cederá ante las presiones.

En sus intervenciones, Milei ha criticado a quienes promueven la devaluación, acusándolos de buscar el caos y de desestabilizar la economía. El Presidente se presenta como un defensor de la moneda nacional y un garante de la estabilidad, argumentando que la devaluación solo beneficiaría a unos pocos especuladores a costa del bienestar general.

La insistencia de Milei en este punto refleja una apuesta arriesgada, pero que forma parte central de su estrategia de estabilización. El Presidente parece convencido de que la disciplina fiscal y la reducción de la inflación son los pilares fundamentales para lograr la estabilidad cambiaria a largo plazo, aunque esto implique soportar presiones y críticas en el corto plazo. La pregunta clave es si esta estrategia será sostenible en el tiempo y si la sociedad argentina estará dispuesta a seguir soportando las consecuencias de la política cambiaria actual.

La firme postura de Javier Milei frente a la presión cambiaria plantea un escenario de alta tensión en la economía argentina. Su negativa a devaluar el peso, a pesar de las crecientes presiones y las expectativas del mercado, representa una apuesta audaz que podría tener consecuencias significativas para el futuro del país. La evolución del mercado cambiario y la respuesta de la economía a las políticas implementadas serán determinantes para evaluar el éxito o el fracaso de esta estrategia. Por el momento, la incertidumbre persiste y la atención se centra en los próximos movimientos del gobierno y las reacciones del mercado.